Horrorosa literatura
que ha delegado a su sombra para perseguirme sobre todo cuando abunda la luz cuando más hiriente apuñalan los ojos cerrados del sol. No veo al cielo porque sé que de espaldas a nosotros ríe y abraza los cuerpos de lágrimas que construimos ante sus nubes. Es nuestro llanto el que construye toda la lluvia. No hay abrazo de consuelo que no queme porque ante su presencia siempre hay fuego para volvernos ceniza la nostalgia es asfalto que nos pisa sin ser pisada. |
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Octubre 2020
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